SUS ESTUDIOS EN PARIS
La fecha exacta de la llegada de José Gregorio a
París se desconoce, pero se sabe que ya en noviembre de 1889 se encontraba
estudiando en el laboratorio de histología de Mathias Duval.
Estos años en la capital francesa habrían de resultar muy positivos para su
ulterior desarrollo como profesional y, como consecuencia, también serían
decisivos para el avance de la medicina moderna en Venezuela.
En París José Gregorio no perdió su tiempo en vanas
diversiones, sino que dedicó todo se esfuerzo el estudio, la experimentación y
al ejercicio de su profesión en los hospitales de esa ciudad, superando sus
conocimientos a través del contacto directo con algunos de los mejores clínicos
e investigadores franceses del momento.
Durante esos meses José Gregorio asistió asiduamente al laboratorio del Mathias
Duval, donde aprendió y practicó histología. En el laboratorio del doctor
Charles Richet profundizó en fisiología, y el del Dr. Strauss se dedicó a
investigaciones bacteriológicas, y emprendió exitosamente un original
experimento sobre la vacuna química.
Durante su estancia en la capital francesa José Gregorio compró un violín en el
cual practicaba esporádicamente. Este violín, que había recibido la medalla de
oro de la Exposición Universal de París de 1889, habría de acompañarlo hasta
que partió para la Cartuja de Farneta en 1890, cuando se lo regaló a su sobrino
Benigno. Una nota grave habría de ensombrecer el triunfo que significaba para
José Gregorio el poder desarrollar sus conocimientos profesionales en la
capital francesa.
El 8 de
marzo de 1890 murió su padre, don Benigno Hernández Manzaneda, transido de
dolor por no haber estado junto a su padre en el último momento, José Gregorio
nombró como apoderado para las cuestiones legales de las que debía ocuparse
como hermano mayor a su cuñado Temístocles Carvallo. Con un nuevo gesto de
generosidad, José Gregorio entregó toda su herencia a sus sobrinos, los hijos
de su hermana Sofía con el señor Carvallo.
En 1891, ya plenamente familiarizado con los últimos desarrollos científicos de
la capital francesa, José Gregorio hizo gestiones con el Ministro
Plenipotenciario de Venezuela en París, y con el Embajador de Alemania, para
viajar a Berlín con el fin de continuar sus estudios de histología patológica.
Contrariamente a lo que esperaba José Gregorio, este viaje no se realizó, aun
cuando la beca que se le había otorgado originalmente también incluía los
mencionado estudios en la capital alemana.
Sin embargo, el gobierno venezolano, informado de los adelantos obtenidos por
José Gregorio en París, lo responsabilizó con la compra de todo el instrumental
necesario para la creación de un laboratorio de fisiología experimental, el
cual, por disposición presidencial, habría de establecerse en el Gran Hospital
Vargas de Caracas.
José Gregorio recibió una comunicación oficial de dicha designación firmada por
el Ministro de Instrucción Pública, tras lo cual se dedicó a elaborar un
inventario de lo que debería tener dicho laboratorio, y a calcular el presupuesto
necesario para el mismo. Como modelo tomó José Gregorio al laboratorio de la
Facultad de Medicina de París. No se sabe la fecha en que salió de Francia el
joven médico, pero el 24 de agosto de ese año José Gregorio se encontraba
establecido en Caracas.