SU VIDA PROFESIONAL

 

A su llegada a Caracas, procedente de Europa, José Gregorio se dedicó a la instalación del laboratorio de fisiología experimental que se le había encargado comprar en París. A las pocas semanas, a principios de noviembre de 1891, el Presidente de la República dictó un decreto mediante el cual se establecía en la Universidad Central de Venezuela los estudios de histología normal y patológica, fisiología experimental y bacteriología. Al día siguiente el ministro de instrucción pública dictó una resolución en la que se nombraba a José Gregorio catedrático de esas materias.

 

 En realidad estas cátedras habían sido creadas especialmente para él, pues era a la sazón el único verdaderamente capacitado para desempeñarla. Este acontecimiento convirtió a José Gregorio en un verdadero precursor de esas disciplinas científicas en Venezuela. Dando un ejemplo de abnegación poco común, José Gregorio se presentó a desempeñar su labor a la mañana siguiente del nombramiento, prestando juramento como profesor ante el rector de la universidad el 16 de noviembre de 1891.

 

 El reconocimiento oficial a la ciencia del doctor Hernández, sumado a los modernos conocimientos y a la valiosa experiencia que había adquirido en Europa, le garantizaron una favorable acogida en los medios profesionales y aristocráticos de Caracas. Pero, amén de esas cualidades indiscutibles, en opinión de muchos, fue su carácter afable y comprensivo lo que le granjó de inmediato una gran clientela en todas las esferas sociales de la capital.

 

En opinión del Dr. Santos Aníbal Dominici, "impuso su valimiento científico a las pocas semanas de su actuación médica". Convencidos de su pericia y de su eficacia profesional, muchos galenos caraqueños no vacilaron en consultarle, incluso al pie del lecho de sus propios enfermos. Al cabo de cierto tiempo, algunos doctores más viejos comenzaron a transferirle sus pacientes, llegando a contar el Dr. Hernández con una de las más extensas clientelas de la Caracas de aquellos tiempos. Los métodos modernos que empleaba a la hora de emitir sus diagnósticos, y lo acertado de éstos, le dieron a su opinión profesional una validez indiscutible.